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Por Marcos Pla, coordinador.
Sigue a @MarcosPlaSaez Sigue a @keducacion
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La igualdad entre hombres y mujeres nos parece un tema apasionante por las implicaciones que tiene acerca de cómo las personas entienden la vida, sobre cómos nos tenemos que relacionar, sobre las relaciones de poder que se dan entre las personas, y sobre las consecuentes consecuencias que estas relaciones tienen en nuestro bienestar y felicidad.
Nosotr@s creemos firmemente que una sociedad feliz, es una sociedad en la que respetamos por igual los derechos de cada persona. Y ponemos esta idea en práctica.
3 acciones que hemos tomado por la igualdad entre mujeres y hombres en nuestras actividades educativas durante estos años.
1. El equipo de educadoras.
Por razones que también son merecedoras de un análisis de género, finalmente por más que intentamos que nuestros equipos estén compensados entre hombres y mujeres, la presencia femenina es mayoritaria.
Cuando en las actividades hablamos del equipo educativo, nos solemos referir a 'los monitores', concepto que ya estamos cambiando por 'los educadores' por expresar mejor cual es nuestro trabajo. Pero la realidad es que el equipo está compuesto en su mayoría por mujeres, y por ello ya hace años, que hablamos del 'equipo de educadoras', 'las educadoras', o el más neutro 'equipo educativo'.
Visibilizar el papel, la importancia de las mujeres de esta sencilla forma, nos parece fundamental para ir logrando la igualdad entre mujeres y hombres.
2. Actividades igualitarias. Cercando y subvertiendo el machismo.
Por supuesto nuestras actividades las diseñamos teniendo en cuenta que han de fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, pero una vez estas están desarrollándose, pueden darse elementos provenientes de los mismos participantes que pueden ser machistas, por más que estos no sean conscientes.
Pensemos por ejemplo, en algún comentario sobre los roles de chicos y chicas sobre una tarea. Aún dicho sin maldad, puede haber un comentario despectivo y machista al respecto. Recuerdo un reciente: 'No seas nenaza' dicho a un chico que tenía miedo a hacer una actividad. Obviamente en estos casos de forma sutil, elegante y amistosa, reconducimos el reproche. Por un lado, comentando que no pasa nada a veces por tener respeto a hacer ciertas cosas, y por otro lado, utilizando expresiones para animar que no impliquen discriminación. Por ejemplo, a veces, para animarles a hacer alguna prueba les hemos dicho entre risas un inocuo: ¡Venga! ¡Niñ@s de pegatina! ¡Ánimo!
Otro ejemplo, es cuando entre actividades más importantes, hay momentos más distendidos, en los que aparecen los chistes. Atención porque es una excelente oportunidad educativa. No solo a veces aparecen chistes machistas, sino racistas, aquellos que se meten con personas con algún tipo de diferencia funcional, u homofóbicos. En estos casos, con cariño, comentamos que no nos hacen gracia porque se meten con unas u otras personas. En positivo, celebramos el humor sano e inteligente.
3. Ojo a quién le das la palabra para liderar.
A veces somos el propio equipo educativo cuando pedimos voluntari@s para una tarea de liderazgo, como representar al grupo ante terceros, los que sin querer elegimos a chicos antes que a chicas, por la herencia cultural machista de considerar a los hombres como los dueños de la esfera pública.
Por ello tratamos de visibilizar, comentar y estar muy atentas a estos conflictos, y tratamos de escoger a los voluntari@s, en decisiones a veces de milésimas de segundo para que las dinámicas sean ágiles, en base a criterios de capacidad y educativos, sobre lo que la actividad le va a aportar al crecimiento de cada cual.
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La igualdad entre hombres y mujeres nos parece un tema apasionante por las implicaciones que tiene acerca de cómo las personas entienden la vida, sobre cómos nos tenemos que relacionar, sobre las relaciones de poder que se dan entre las personas, y sobre las consecuentes consecuencias que estas relaciones tienen en nuestro bienestar y felicidad.
Nosotr@s creemos firmemente que una sociedad feliz, es una sociedad en la que respetamos por igual los derechos de cada persona. Y ponemos esta idea en práctica.
3 acciones que hemos tomado por la igualdad entre mujeres y hombres en nuestras actividades educativas durante estos años.
1. El equipo de educadoras.
Por razones que también son merecedoras de un análisis de género, finalmente por más que intentamos que nuestros equipos estén compensados entre hombres y mujeres, la presencia femenina es mayoritaria.
Cuando en las actividades hablamos del equipo educativo, nos solemos referir a 'los monitores', concepto que ya estamos cambiando por 'los educadores' por expresar mejor cual es nuestro trabajo. Pero la realidad es que el equipo está compuesto en su mayoría por mujeres, y por ello ya hace años, que hablamos del 'equipo de educadoras', 'las educadoras', o el más neutro 'equipo educativo'.
Visibilizar el papel, la importancia de las mujeres de esta sencilla forma, nos parece fundamental para ir logrando la igualdad entre mujeres y hombres.
2. Actividades igualitarias. Cercando y subvertiendo el machismo.
Por supuesto nuestras actividades las diseñamos teniendo en cuenta que han de fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, pero una vez estas están desarrollándose, pueden darse elementos provenientes de los mismos participantes que pueden ser machistas, por más que estos no sean conscientes.
Pensemos por ejemplo, en algún comentario sobre los roles de chicos y chicas sobre una tarea. Aún dicho sin maldad, puede haber un comentario despectivo y machista al respecto. Recuerdo un reciente: 'No seas nenaza' dicho a un chico que tenía miedo a hacer una actividad. Obviamente en estos casos de forma sutil, elegante y amistosa, reconducimos el reproche. Por un lado, comentando que no pasa nada a veces por tener respeto a hacer ciertas cosas, y por otro lado, utilizando expresiones para animar que no impliquen discriminación. Por ejemplo, a veces, para animarles a hacer alguna prueba les hemos dicho entre risas un inocuo: ¡Venga! ¡Niñ@s de pegatina! ¡Ánimo!
Otro ejemplo, es cuando entre actividades más importantes, hay momentos más distendidos, en los que aparecen los chistes. Atención porque es una excelente oportunidad educativa. No solo a veces aparecen chistes machistas, sino racistas, aquellos que se meten con personas con algún tipo de diferencia funcional, u homofóbicos. En estos casos, con cariño, comentamos que no nos hacen gracia porque se meten con unas u otras personas. En positivo, celebramos el humor sano e inteligente.
A veces somos el propio equipo educativo cuando pedimos voluntari@s para una tarea de liderazgo, como representar al grupo ante terceros, los que sin querer elegimos a chicos antes que a chicas, por la herencia cultural machista de considerar a los hombres como los dueños de la esfera pública.
Por ello tratamos de visibilizar, comentar y estar muy atentas a estos conflictos, y tratamos de escoger a los voluntari@s, en decisiones a veces de milésimas de segundo para que las dinámicas sean ágiles, en base a criterios de capacidad y educativos, sobre lo que la actividad le va a aportar al crecimiento de cada cual.
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